SOY UNA OBRA DE ARTE
Cuentan que, en cierta ocasión, entró una niña en el taller de un escultor. Por un largo rato, estuvo disfrutando de todas las cosas asombrosas del taller: martillos, cinceles, pedazos de esculturas, bocetos, bustos, troncos… pero lo que más impresionó a la niña fue una enorme piedra en el centro del taller. Era una piedra tosca, llena de magulladuras y heridas, desigual, traída de un largo viaje. La niña estuvo acariciando con sus ojos la piedra y, al rato, se marchó. Volvió la niña al taller un tiempo después y a su retorno vio sorprendida que, en el lugar de la enorme piedra, se erguía un hermosísimo caballo que parecía ansiosa de liberarse para galopar. La niña se dirigió al escultor y le dijo: ¿Cómo sabías que dentro de esa piedra se escondía ese caballo?
1. Una obra de arte se esconde dentro de cada uno de nosotros, y tenemos que aprender a limar las asperezas, a curar las heridas y aquello que no ayuda para que se refleje el tesoro que somos.
2. En la vida nos cruzaremos con algunas personas que nos ayuden a corregir esas cositas que no nos permiten crecer y madurar, importante dejarse pulir, corregir… para así ser amasados por la sabiduría de quien ve un camino hermoso para nosotros, y que a veces nosotros no las vemos.
3. La Biblia nos dice que somos imagen y semejanza de Dios, entonces, expresemos ese amor puro del que procedemos, en el servicio, en el ordenar la vida para buscar una felicidad a través de la donación.
Que esta historia y reflexión, nos permita:
a) Reconocer que “Yo soy una obra de ARTE”
b) Dejarnos amasar para crecer y madurar
c) Recordar las personas que nos enseñaron
d) Reflejar a Dios con nuestra VIDA
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